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Creyó que luchar profesionalmente sería más fácil que porterear y debió volver al fútbol
El paso del ‘Hulk Hogan’ alemán por la WWE fue tan fugaz que volvió a ponerse los guantes y las espinilleras para jugar en octava división.

La historia de Tim Wiese es extraña y peculiar: en sus inicios, se le creía como el sucesor del mítico Oliver Kahn, porque también era dado a perder la cabeza fácilmente.
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Siempre fue temperamental, pero sus siete buenas temporadas con el Werder Bremen le ganaron su primera convocatoria con Alemania en el 2008.
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Siempre le gustó brindar espectáculo para la tribuna: ya fuera con sus pantalones largos o yendo al ataque buscando goles. Eso sí, nunca marcó en la Bundesliga.
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Joachin Löw siempre lo consideró entre los tres porteros convocables para la 'Mannschaft'.
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Wiese es muy amigo de Mesut Özil (con quien compartió vestidor en el Werder Bremen) y de Sami Khedira. Acá se los ve con la canciller de Alemania, Angela Merkel.
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Fue incluido en la nómina alemana para Sudáfrica 2010 en un momento de transición generacional entre los experimentados y los jóvenes (Müller, Hummels y Schürrle) que venían empujando fuerte desde abajo.
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El tercer portero de cada selección suele poner el buen ambiente en cada concentración. Wiese no fue la excepción.
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Tenía difícil jugar de titular con Alemania con la presencia de un monstruo bajo palos como Manuel Neuer.
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Así que en el 2014 decidió colgar los guantes y entrar de lleno al mundo de la lucha libre profesional.
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Su apodo era 'The Machine' ('La Máquina') e inmediatamente hizo click con el público. Su popularidad aumentó tanto que se especuló que entraría al mundo de la política.
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Declaró haberse vuelto luchador porque 'no le importaba más el fútbol'. Unió fuerzas con Sheamus y juntos pusieron de cabeza los cuadriláteros.
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Gritó sus victorias en la WWE como si fueran las victorias de Alemania en los estadios de fútbol.
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Los brazos que fortaleció tapando disparos le sirvieron para lanzar a sus adversarios por los aires fuera del ring.
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Su sueño como luchador profesional era poner en alto la bandera de Alemania peleando en los grandes escenarios de Estados Unidos.
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Pero a la edad de 35 años ha decidido que lo suyo son las canchas y no los rings. Hoy debutó en el SSV Dillingen de la octava división alemana.
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'Porterear es como andar en bicicleta: nunca te olvidas cómo hacerlo', dijo para acallar a sus críticos que dicen que está muy pesado para defender arcos.
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