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Rusia: la afición que aborrece a su propia selección
Una serie de eventos desafortunados ha enfriado a los fanáticos rusos y la amenaza de ver estadios semivacíos se cierne sobre el Mundial.
El fútbol es un deporte muy popular en Rusia que, no obstante, no iguala el éxito de disciplinas como el atletismo o el hockey en ese país.
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En épocas de la Unión Soviética, esa selección solía ser competitiva e incluso llegaba a finales de torneos importantes; como la Eurocopa de 1988, perdida contra la Holanda de Marco van Basten.
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Tras la disolución de la Unión Soviética, surgió en su lugar la Comunidad de Estados Independientes (CIS) cuyo primer y último torneo fue la Eurocopa de Suecia 1992, donde salió última del grupo.
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Rusia calificó a su primer torneo oficial en el Mundial de Estados Unidos 1994. Tuvo la mala suerte de estar en el mismo grupo que el campeón: Brasil. Encima, ya no tenían jugadores ucranianos, que eran de gran calidad.
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Sin embargo, la victoria 6-1 ante Camerún permitió a los rusos imponer un récord vigente: más goles (cinco) anotados por un solo jugador en un partido. Él fue Oleg Salenko del Valencia de España.
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Pero en ese grupo también estaba Suecia, que contaba con la mejor generación de su historia (Larsson, Brolin y Dahlin) e incluso llegó hasta semifinales. Los rusos, de vuelta a Moscú.
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También clasificaron a la Eurocopa de Inglaterra 1996, pero ni con el elegante mediocampista Aleksandr Mostovoi alcanzó para sobrevivir al 'Grupo de la Muerte' (Alemania y República Checa fueron finalistas en Wembley).
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Una época oscura se ciñó sobre Rusia y las penumbras alcanzaron al equipo en el Mundial de Corea y Japón 2002.
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Rusia cayó contra Japón, y posteriormente contra Bélgica, quedando eliminada en primera ronda.
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El 2002 representaba la vuelta de Rusia a los mundiales y había muchas expectativas de hacer un buen papel entre los aficionados.
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La decepción y los corazones rotos pronto dieron paso a los botellazos, a las bombas molotov y a la violencia.
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Hubo muertos y desmanes en Moscú, justo frente a la Duma, que es la cámara de representantes del parlamento ruso.
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Rusia volvió a los grandes escenarios del fútbol de selecciones en la Eurocopa 2004 y la mala fortuna regresó: los rivales de grupo eran España, Portugal y Grecia.
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España venció fácilmente a los rusos con gol de Juan Carlos Valerón y buena actuación de Fernando Torres 'El Niño'.
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El segundo partido también fue derrota, pues Portugal venía de caer 1-0 en el debut con Grecia y debían ganar sí o sí.
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Por aquellas épocas, Roman Abramovich, dueño del Chelsea, era fanático de la selección de Rusia. Nunca más se le ha vuelto a ver apoyando a su combinado nacional.
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Paradójicamente, la única victoria rusa en esa Eurocopa 2004 fue ante los griegos, quienes a la postre quedaron campeones contra todo pronóstico.
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Rusia no asistió a la Copa del Mundo de Alemania 2006. Pero las eliminatorias de la Uefa rumbo a la Euro 2008 hacían soñar a los rusos gracias al goleador del Spartak, Roman Pavyuchenko. Un matón del área.
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Rusia calificó a Austria y Suiza 2008 dejando eliminada del torneo a la Inglaterra de Wayne Rooney, Frank Lampard y Steven Gerrard. Los fans volvían a creer.
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El artífice del milagro fue Guus Hiddink, quien es experto en sacar lo mejor de selecciones emergentes como Corea del Sur y Australia.
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Aquella selección rusa desplegó un fútbol total en campos suizos y eliminó a Holanda de manera brillante.
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El 'pequeño mago' Andrey Arshavin era la gran estrella. Había salido campeón de la Copa Uefa con el Zenit de San Petersburgo y luego ficharía por el Arsenal brindando su gran talento a cuentagotas.
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Rusia llegó hasta semifinales, eliminada por España súper campeona, pero el recibiemiento en Moscú fue de auténticos héroes nacionales.
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Desafortunadamente, la oscuridad volvió a ceñirse sobre toda Rusia. Quedaron eliminados del Mundial Sudáfrica 2010 por una muy modesta selección de Eslovenia en el repechaje.
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Con buenos jugadores como Pavlyuchenko, Dzagoev, Kerzhakov, y el propio Arshavin, fueron humillados en la Euro 2012 por un equipo griego que al poco tiempo fue eliminado por Alemania.
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Rumbo a Brasil 2014, la Unión Rusa de Fútbol contrató al italiano Fabio Capello, quien regresó al equipo al Mundial solamente para volver a hacer el ridículo siendo eliminado por Argelia y Bélgica.
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El sector noble de la afición rusa ha perdido la esperanza en su equipo de fútbol. Y se ha alejado de los estadios.
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Pero el sector violento de la afición rusa aún acompaña al equipo para buscar problemas contra otras aficiones. Así ocurrió en Francia 2016 con las batallas campales entre ingleses y rusos en las calles de Marsella.
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El Rusia-Nueva Zelanda de la Copa Confederaciones en la Arena Zenit sorprendió por las numerosas butacas vacías.
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Por su coraje y valentía, el oso es el símbolo de todas las Rusias. ¿Podrá Rusia volver a reflejar esos valores a tiempo para el Mundial 2018?
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