Sí, a mediados de abril de 2010, el Barça, por entonces dirigido por Pep Guardiola, se medía al Inter de Milán, que entrenaba José Mourinho, pero una serie de eventos hicieron que ese partido en Milán quedara en el recuerdo para la eternidad.
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El equipo de Guardiola tenía previsto viajar a Italia en avión el mismo lunes, pero la erupción del volcán Eyjafjallajökull obligó a modificar los planes. Debido a la nube de ceniza que afectaba el tráfico aéreo en gran parte del norte de Europa, el desplazamiento tuvo que hacerse por carretera, lo que supuso una considerable incomodidad y cansancio debido a la duración del trayecto.
La expedición azulgrana partió tras realizar un entrenamiento en la Ciudad Deportiva Joan Gamper y pasó la noche del domingo en Cannes, tras completar los primeros 634 kilómetros del viaje. El lunes por la mañana recorrieron los 351 kilómetros restantes hasta Milán, a fin de poder entrenarse esa misma tarde en el estadio Giuseppe Meazza.
Tras el empate ante el Espanyol, los responsables del Barcelona analizaron todas las opciones disponibles para llegar a Milán, una vez que se confirmó que el vuelo chárter DE-9236 previsto para el lunes no podría despegar debido a las restricciones aéreas causadas por la nube volcánica.
Un revés en el marcador
Como si el contratiempo del viaje no fuera suficiente, el Barcelona regresó de Italia con una derrota por 3-1 y un evidente malestar. Mourinho planteó una eliminatoria muy exigente y logró desgastar a los de Guardiola, que en aquel entonces venían de conquistar el sextete.
Aunque los culés se adelantaron en el marcador, el Inter logró remontar con tres goles en apenas media hora. La jugada más polémica del encuentro fue el tanto concedido a Diego Milito, pese a estar en posición de fuera de juego.
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En el juego de vuelta en Barcelona, los culés ganaron por 1-0 pero no les alcanzó y quedaron eliminados por mejor gol diferencia de sus rivales.
