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Merecían acabar mejor: leyendas con finales infelices
Hicieron carreras doradas dignas de broche oro y, por esas cosas de la vida, se marcharon por la puerta de atrás.
Usain Bolt parecía un ser de otro planeta hasta que se desgarró en el último momento de su carrera como velocista. Veamos esta y otras tristes historias.
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Chávez es uno de los mejores en la historia del pugilismo mundial: se puso cinturones en tres categorías distintas (superpluma, ligero y superligero) y llevó la bandera de México a lo más alto.
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Uno de sus combates más épicos fue ante el boricua Héctor Camacho: el Macho.
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Un 12 de septiembre de 1992 se libró el combate que revolucionó en ese entonces la historia del box, saldado con victoria para Chávez.
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No obstante, Chávez con 34 años decidió enfrentar a un Óscar de la Hoya de 23 como uno de los últimos grandes combates de su exitosa carrera.
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El méxico-americano abusó de un Chávez que ya estaba en las últimas. En 1998 se volvieron a enfrentar y la diferencia fue aún más abismal.
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El final de los años noventa marcó el apogeo de De la Hoya y el declive de Chávez.
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Chávez argumentó que no estaba en condiciones de pelear en ninguno de los choques con De la Hoya. Triste ver a un gran campeón así.
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A pesar de que Messi y CR7 son constantemente juzgados como los mejores de la historia, Diego Maradona tiene algo que ellos no: una Copa del Mundo de la FIFA.
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Maradona volvió por sus fueros a la selección argentina para el Mundial de Estados Unidos 1994: su última gran aparición.
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El diez capitaneó a un grupo con jugadores bárbaros como Gabriel Batistuta y Fernando Redondo.
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Pero tras el duelo de fase de grupos ante Nigeria, él fue llevado al control antidopaje que arrojó positivo por efedrina. Esta es su última imagen como mundialista.
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Maradona solamente pudo declarar que le cortaron las piernas.
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Cuando muchos decían que Zinedine Zidane estaba acabado, el francés resurgió como ave fénix y llevó a su selección a la final de Alemania 2006.
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Desafortunadamente perdió la cabeza ante las provocaciones del italiano Marco Materazzi, que le dijo cosas feas sobre su hermana.
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El silbante argentino Horacio Elizondo no tuvo más remedio que echarlo a la calle.
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Una imagen dice más que mil palabras.
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El ciclista tejano Lance Armstrong fue un símbolo de la lucha contra el cáncer y millones de fanáticos alrededor del mundo usaron las pulseras amarillas de su fundación.
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Tras vencer al cáncer, Armstrong ganó siete veces consecutivas la Tour de France entre 1999 y 2005.
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Sin embargo cometió una equivocación: decidió volver del retiro para ganar el Tour por una última vez.
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Armstrong fue investigado por el Gobierno Federal de Estados Unidos, por la agencia estadounidense antidopaje (USADA) y por la agencia mundial. Fue hallado culpable y le fueron retirados sus Tours de France.
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Armstrong reconoció su error en el programa de televisión de Oprah Winfrey a inicios del 2013 y pidió disculpas.
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De su leyenda como ciclista profesional, quedó muy poco.
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Usain Bolt es reconocido por sus ocho medallas doradas de Juegos Olímpicos. Sin embargo, tiene un récord imbatido que lo acredita como el hombre más veloz de la historia.
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Su superioridad física era muy difícil de creer: cruzaba las metas metros enteros por delante de sus competidores.
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Bolt quería retirarse en Río 2016, pero decidió hacerlo en los Campeonatos Mundiales de Londres 2017, donde quedó en tercer lugar en los 100 metros.
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En el relevo de cuatro por cien se desgarró el músculo y el alma. Dejó una imagen dramática.
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