Tenis
El día que Monica Puig se convirtió en un ícono de la hispanidad en el tenis femenino
La puertorriqueña obtuvo la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río 2018 y le dio una alegría a su país y un orgullo a la región.
El 13 de agosto de 2016 marcó un hecho sin precedentes con el triunfo en el tenis individual femenino por parte de Monica Puig, lo que la hace un referente en el Mes de la Hispanidad.
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La puertorriqueña no tuvo un torneo fácil y mucho menos en la final, contra la alemana Angelique Kerber, número uno en ese momento.
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Sin embargo, su empuje fue mayor y eso lo hizo sentir en la cancha. Toda Hispanoamérica estaba con ella y en la fuerza de cada punto lo demostró.
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Sus lágrimas tras el triunfo 6-4, 4-6, 6-1 fue el reflejo de una emoción colectiva por el logro de una joven, en ese momento de 22 años, que vibraba incluso incrédula.
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Cubierta del orgullo de su patria, Puig ratificó todo un camino brillante que tuvo en los Centroamericanos de Mayagüez en 2011 y Veracruz 2014, además del bronce en Panamericanos de 2015.
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La sonrisa de Puig se convirtió en un lenguaje hispanoamericano que, a pesar de las distancias, tuvo la misma sensación de orgullo y alegría.
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Puig se convirtió en la primera tenista hispanoamericana en vestirse de dorado en unos Juegos Olímpicos, gesta destacable en una competencia con más de un siglo de existencia.
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La actualidad de Puig la tiene en el puesto 43 de la clasificación femenina, siendo la mejor latinoamericana en esta lista.
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Su combatividad la ha llevado a los grandes torneos, a pesar de que no haya tenido el brillo olímpico de su lado de nuevo.
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Aún así la diestra puertorriqueña es un orgullo para el tenis por su entrega y porque aún tiene mucho por conquistar.
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La puertorriqueña Monica Puig, vestida de oro olímpico, es un orgullo vigente en el Mes de la Hispanidad.
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